Volvemos luego de un período marcado por el azar que conjugó
siglos de historia en hechos mínimos para la construcción humana pero
sustanciales en la construcción personal. “Después reflexioné que todas las cosas le suceden a uno
precisamente, precisamente ahora. Siglos de siglos y sólo en el presente
ocurren los hechos; innumerables hombres en el aire, en la tierra y el mar, y
todo lo que realmente me pasa me pasa a mí…”[1]
Es necesario
repetir que lo aquí escrito no es fruto de un investigador profesional ni
amateur, es el deseo de querer ver en el presente las huellas que un pasado
escrito, un “Pasado en letras”, fue marcando de modo teórico y una realidad que
tomó caminos totalmente distintos a los enunciados.
Quizá la búsqueda
de objetos en el pasado remoto permita dilucidar los arrabales de aquellos. La
edad de piedra, de hierro, de bronce proclaman en los objetos las acciones de
los hombres en esas circunstancias, el sedentarismo fruto de la agricultura, el
origen de la ciudades, los imperios. La duda que se impone es si los futuros
arqueólogos que descubran las publicaciones del siglo XX podrán recomponer las
circunstancias y las acciones de aquellos que manipulaban esos objetos
culturales. ¿Se podrán comprender las desigualdades sociales en los textos que
sobrevivan o se hablará de la “Belle Époque” y sus maravillas? ¿Habrá alguna
señal que indique que todo lo escrito desde los narradores de la historia deja
de lado la gran cantidad de seres humanos que sufrieron la marginación? Cuando
se reconstruya la era del capitalismo (porque en algún siglo deberá terminar)
¿Cuáles serán los elementos tomados en cuenta para ello?
Los escritores de
la historia serán los escritores del presente. Quizá las revistas, los libros,
los diarios, algún disco rígido con versiones digitales de nuestro presente
transformado en su pasado tornarán en piezas de arqueología.
El año, 1972. El mes, Junio. La publicación, El correo, Ed.
UNESCO. El tema, Fracaso escolar y origen social de los alumnos. Si bien no se
puede tomar esto como una pieza arqueológica, sí se puede recrear la
circunstancia. Un lector recibe en sus manos, hace 41 años, esta publicación y
lee “¿En qué medida influye el medio
social de un niño o de un adolescente —su hogar, la situación económica de sus
padres, el barrio en que habita— en sus posibilidades de aprovechar plenamente
la educación que recibe?”[2] Y
columna abajo “El derecho a la educación ya no constituye simplemente un vago
ideal, sino que ha sido incorporado a la Declaración Universal de Derechos
Humanos, aprobada por las Naciones Unidas en 1948, y los gobiernos reconocen
actualmente su obligación de garantizar a sus pueblos la igualdad de
oportunidades para el ejercicio de ese derecho.”[3]
Revista arriba, en página 7, como epígrafe de una foto
repleta de niñas zaireñas (hoy congoleñas) lee, o vuelve a leer: “En esta foto
no aparecen más que chicas. Pese a los movimientos de liberación de la mujer
que surgen por todas partes, las muchachas y las mujeres siguen representando
el grupo más nutrido de personas en situación de desventaja en lo que toca a la
educación. Las alegres niñas de la fotografía, alumnas de una escuela de la
República de Zaire, son más afortunadas que millones de sus hermanas de todo el
mundo, privadas todavía de educación por la simple razón de su sexo.”[4]
Luego, hasta la página 12 encuentra las “Diez causas
principales de la desigualdad de oportunidades” que se enumeran a continuación:
La
situación de desventaja de un niño puede deberse a[5]:
1. que
su familia sea pobre
2. unas
oportunidades limitadas de desarrollar su lenguaje y su capacidad mental
3. que
existan unas diferencias muy acusadas entre los valores de su hogar y su medio
ambiente y los de su escuela y su clase
4. que
el niño pertenece a una minoría racial o étnica o a una casta inferior.
5. que
el niño lleva una vida de continuos desplazamientos
6. que
el idioma en que se imparte la enseñanza no sea el dialecto o la lengua materna
del niño
7. que
el niño vive en una zona geográficamente aislada
8. a que se trata de una niña o que ésta pertenece a un grupo religioso determinado
9. (que)
puede originarse en toda una serie de factores escolares
10. Origen
y medio social
Texto y contexto suponen a un lector entusiasmado por el porvenir. Se
supone un lector con inquietudes sociales al comprar esta revista; el órgano al que pertenece la misma es nada
menos que las Naciones Unidas; el tema preocupante será puesto en agenda
inmediata para la igualdad de oportunidades.
El tiempo transitado permite observar que, como fue dicho por líderes
latinoamericanos en la última Asamblea General, los deseos de los que algo
pueden hacer siempre son enunciados y nunca llevados a cabo. Basta consultar,
actividad que se deja al lector interesado, los pormenores que habrán vivido
las niñas zaireñas en estos años (suponiendo que todavía hubiera alguna viva)
en alguna enciclopedia, además de comparar las causas de la desigualdad de
oportunidades allá y acá en el tiempo.
Se dejan los textos nombrados en el artículo en su versión “Pasado en
letras” y el .pdf con la revista completa. Se aclara que no se persigue ningún
beneficio económico con esta publicación y que los archivos que acompañan solo
tienen como objetivo hacer circular la letra escrita sobre el pasado reciente,
en definitiva, el “Pasado en letras”
Jorge Luis Narducci
[1] Borges,
Jorge L., El jardín de los senderos que se bifurcan, en Ficciones
[2] UNECO, El Correo, 1972, pág. 4
[3] Op. Cit.
[4] Op. Cit. pág. 7
[5] Op. Cit. págs. 7 a 12
Para descargar:
Se recomienda la lectura de la entrada "Sobre la educación" y la sección "Lecturas de manual. hoy..." de este mismo blog.
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