Transcurría el año 1953 y la Argentina era presidida por
Juan Domingo Perón. La reconocida Editorial Estrada entregaba a los niños de
cuarto grado un manual “AUTORIZADO POR EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN DE LA NACIÓN.
Resolución del 15 de enero de 1953. (Expte. N° 85.126-952)” que, en el “Prólogo
de los editores” decía: “La Casa Estrada, que ha seguido a través de su larga
vida la evolución de la enseñanza argentina, brindando a las sucesivas
generaciones los elementos didácticos exigidos por la índole de su labor y el
grado de desarrollo alcanzado en cada hora por la ciencia de la educación,
responde en las actuales circunstancias a sus tradicionales normas,…” Más
adelante agrega que sus manuales fueron “concebidos y realizados con el firme
propósito de ofrecer a los alumnos de nuestras escuelas elementos útiles y
necesarios para su formación integral, conforme a las perspectivas culturales
de la hora, e ilustrarlos sobre el trascendente significado de la realidad
histórica de la Nación y de los hechos que configuran la fisonomía espiritual,
social, política y económica de la Nueva Argentina.” Más adelante, en la página
34, hablando sobre “La nueva Argentina y las tradiciones patrias” explica: “El gobierno justicialista del
general Perón se preocupa por mantener vivas las tradiciones patrias. Inspirado
en el lema de constituir una nación política, social y económicamente libre,
reconoce a los valores de nuestra tierra el lugar que les corresponde...”
Luego,
en “CONFIANZA EN EL PUEBLO DE LA NUEVA ARGENTINA” en la página 222 dice
“La recuperación nacional, la creación de una flota mercante marítima y aérea,
la cancelación de la deuda externa, la organización económica y financiera y la
capitalización del país, han sido las bases de nuestra independencia
económica…” y la firma es nada menos que la de Juan D. Perón.
Pasaron tres años de la publicación del manual mencionado y,
golpe de estado mediante, con proscripciones políticas y exiliados, con
asesinatos políticos y otras situaciones que no son el motivo de esta nota, la
Editorial Estrada propone a sus alumnos una “Nueva edición totalmente
reformada” de su “prestigioso” manual y avisa que está “autorizado su uso
en los establecimientos de enseñanza primaria dependientes del ministerio de
educación, por haberse ajustado su texto a las correcciones determinadas por
las resoluciones ministeriales del 29 de setiembre (exp. n°
85.226/55) y 5 de octubre de 1955 (exp. n° 86.866/55)”.
En el “PRÓLOGO DE LOS EDITORES” dice: “Orientado de nuevo el país en el camino
que le señala, desde los días de Mayo, el origen glorioso de su nacionalidad y
la límpida trayectoria de sus más ilustres varones, la vida ciudadana se
apresta para reanudar, con recto y digno sentido de la realidad argentina, la
obra de engrandecimiento que sólo es posible en el clima de la democracia y de
la libertad.” Explicando su reformulación asevera: “Tal como fue concebido,
organizado y publicado en la primera edición —exento de todo el material de
propaganda política del régimen depuesto que luego se le impusiera por la
conocida medida de coacción ministerial—, vuelve el MANUAL ESTRADA”
En la página 1, explicando el origen del universo, enseña
que “Las teorías se han sucedido para explicar los fenómenos celestes, pero
cualquiera sea la explicación científica que adoptemos, siempre nos conducirá
la mente a una conclusión única: Dios ha dado las bases de ese Universo
magnífico ante el que nos extasiamos en las noches de cielo límpido. Es la
Creación, la obra divina y magnífica de Dios; Él le ha dado leyes precisas y
científicas para asegurar su armónico y equilibrado desarrollo.” Y desde la
primera página da por demostrada su actualización y su fidelidad científica.
En la página 361 y hablando sobre “República y Democracia”
propone: “Los padres de la
nacionalidad argentina arrebataron a la barbarie indígena un enorme territorio
para entregarlo a la civilización; sus descendientes lo heredaron para crear en
él una civilidad libre, autónoma y progresiva; nosotros, sus herederos, no
podemos cumplir su soberano mandato sino manteniendo ese patrimonio consagrado
a la causa de la cultura universal,…” Sigue con su actualización y su vuelta a
las bases presentando la idea de “civilización o barbarie” y la idea hegemónica
de lo que debe ser un país “liberal”.
Para
finalizar con las citas de manual, en la página 362 y bajo el mismo título
antedicho formula: “Si se fuera a reconocer entonces el poder absoluto de las
mayorías y la exclusión de toda minoría, no habríamos hecho un régimen de
gobierno republicano, habríamos fundado la tiranía de las mayorías, quizá peor
mil veces que la tiranía de un solo hombre, porque un solo hombre puede tener
exaltaciones de virtud, como ha habido tiranos que las han tenido, pero las
mayorías que se abrogan los derechos del pueblo pueden ser despóticas y
tiránicas porque no tienen control, porque asumen toda la suma de poderes de la
masa electoral”, explicándole a los niños que no son las mayorías las que deben
gobernar.
El
contraste de las posturas ideológicas precedente no es para adherir a una de
ellas, no se intenta poner al mundo dividido entre “buenos” y “malos”. Como ya
se viene proponiendo en este blog, la idea es notar qué es lo que hacen los
manuales y el saber organizado con los niños y las familias que lo entienden
como la base del saber.
Los
manuales fueron, y desgraciadamente siguen siendo, la principal usina
ideológica y de saber que se instala en las escuelas. Lo que está allí es
enseñado por los docentes, aprendido por los alumnos y aceptado por los padres.
En general, los manuales no son cuestionados por los integrantes de las
comunidades escolares. Saber o no saber tiene como límite difuso acordar
literal e ideológicamente con los contenidos vertidos por ese manual. Las
editoriales posicionadas como prestigiosas difunden de manera natural la
ideología imperante y así lo que está allí es verdad objetiva. Entonces, ¿de
qué se habla cuando se dice que la educación no debe ser ideológica? ¿se llama
ideología a la que no acuerda con el modelo liberal? ¿quiénes imponen lo que se
debe saber?
Con los
ejemplos anteriores podemos decir que un alumno que estaba en cuarto grado en
el año 1954 aprendió algo que otro manual de la misma editorial, en el año
1956, ya en sexto grado, le proponía que estaba mal. Un 10 como nota en 1954
pasó a ser un 1 en 1956. El niño el mismo, la editorial la misma, la ideología
otra.
Los cambios
políticos e ideológicos de esa época permiten contrastar las propuestas
editoriales. Pero, ¿qué sucedió luego cuando se hegemonizó? Los manuales, como
todos los medios de comunicación, situaron la verdad y la justicia desde una
sola subjetividad que avanzó no solo en la formación de los alumnos sino ya de
toda la ciudadanía. Lo sucedido con la Editorial Estrada que hoy sirve de
ejemplo, también fue con diarios, revistas, sintonías radiales, canales de
televisión, sitios de internet: posicionarse como narrador válido y decir la
verdad objetiva e independiente. Lo que en la escuela es saber para sacarse un
10, en la sociedad es decir para ser un ciudadano informado.
Quizá este PASADO EN LETRAS permita revisar cuántas de las
verdades que repetimos a diario, los docentes en el aula y los ciudadanos en
los distintos ámbitos donde se desenvuelven, tienen su origen en una formación
ideológica que ignoramos y aceptamos como la verdad.
Para terminar dejamos una cita del libro de Michael W. Apple
“Ideología y currículo”
“…, se considera que la educación y la cultura que produce y
transmite (el sistema educativo) son rasgos independientes y autónomos de
nuestra sociedad. Las medidas educativas se dirigen a la producción del
conocimiento y de individuos conocedores mediante el patrocinio de la
investigación académica y de la reforma curricular. El idealismo inherente a la
tradición liberal presenta a la cultura y a la enseñanza como fuerzas
políticamente neutrales para el cambio social.”
Jorge Narducci
A continuación se presentan los pasajes de los manuales citados en imagen, .pdf y Pasado en letras.