Recuperar textos que alguna vez explicaron o adelantaron lo que sería la realidad, que pusieron en juego nuevas concepciones que hoy son moneda corriente. Fragmentos de revistas, libros, notas sueltas, videos. Todo el material aquí contenido es solo para compartir lecturas. No se saca ningún provecho económico.

sábado, 23 de julio de 2016

¿Pasaba, pasó o pasa?

En esta nueva entrada de "Pasado en letras" presentamos un recorrido por el rol de los medios de comunicación en el derrocamiento de Arturo Umberto Illia. Hay fuentes de la época, otras citas de publicaciones posteriores y distintas relaciones que pueden realizarse. Una nota que se titula como esta entrada intenta sólo reuinir algunos hilos sueltos en un ovillo variopinto.
Como siempre, acompañan esta entrada archivos .pdf con las publicaciones analizadas. El objetivo de las mismas no es sólo ilustrativo, la fuente original permite al lector sacar conclusiones y análisis propios. Nos gustaría mucho recibir algunos comentarios al respecto

¿Pasaba, pasó o pasa?

Finalizaba junio de 1966 cuando el Dr. Arturo Humberto Illia fue derrocado por la denominada Revolución Argentina. 
El nuevo gobierno anunciaba la recomposición de una Argentina que ya no podía seguir así y se pone el énfasis en resolver los problemas en la división de los argentinos y las dificultades económicas. Las revistas PANORAMA y PRIMERA PLANA, acompañadas entre otras publicaciones por GENTE Y LA ACTUALIDAD, presentaban al presidente con una débil forma de gobernar y de no tomar las medidas de fondo que pusieran al país a la altura de los mejores países del mundo. 
Durante la presidencia de Illia, Juan Carlos Pugliese fue ministro de economía. Sobre sus medidas escribe Enrique Vázquez  en la Revista Humor de junio de 1982. Dice que "este hombre recibió un país con la economía desflecada, con un Producto Bruto Interno negativo (-2,4) y cuando dejó el ministerio el PBI habla crecido un 10,3 por ciento (en 1964) y un 9,1 por ciento (en 1965)." …"La Inflación, por esos años de leyenda, llegó a un Insoportable 12 por ciento anual en su momento cumbre, lo cual motivo lógica preocupación en círculos militares celosos del rumbo del país. Cuando lo derrocaron a IIIia (fines de junio de 1966) la inflación en esos primeros meses del año era del 6 por ciento anual. Algo insoportable.
Pero quizás esos datos digan poco. La participación de la industria manufacturera en ese producto bruto floreciente (una participación que en estos últimos años es casi nula) fue del 31,8 por ciento, del 33,9 por ciento y del 35,1 por ciento, sucesivamente, en el trienio de lllia."
Y sigue más adelante con su inconfundible estilo "Y voy a los archivos del Banco Central, y agarro un mamotreto que se llama Producto Bruto e Ingreso en la Argentina, volumen II, páginas 118 y 119,y me quiero morir por haber llegado al mundo tan tarde (qué me hiciste, vieja querida). Allí están los numeritos que cantan la justa, los salarios con un poder adquisitivo como nunca antes habían tenido y como nunca más tendrían, encuentro los planes de vivienda, encuentro una distribución de riqueza per cápita que parece copiada de Suecia o Canadá, encuentro una disminución inconcebible en la deuda externa (¿habrán sido los banqueros nomás, che?), encuentro otro país.
Y están las maravillas que no se pueden medir con números, los Instituto Di Tella, los conservatorios, las becas, el estímulo a la creación (el estímulo monetario y el otro, el mayor de todos: la libertad más absoluta), el nacimiento de una nueva gran camada de plásticos, escritores, actores..."
La intención de la cita de Enrique Vázquez, más allá de entender su recorte en el análisis de este período (datos recabables si cualquier lector lo quisiera hacer), no es más que para  dar una pincelada de dos períodos que ya se convirtieron en historia y que se pueden ver a la distancia. Digamos que lo bueno que venía a hacer la Revolución Argentina era destruir lo bueno que se había realizado en el gobierno de don Arturo. Y si bien "bueno" está utilizado dos veces, se hace obvio que lo bueno para una visión ideológica no es lo mismo que para la otra. 
Como última cita a la nota de Vázquez anoto un párrafo de lo que escribió "el periodista Ramiro de Casasbellas, golpista en 1966, tuvo la valentía de repudiar públicamente sus posturas de entonces. En el "Diario popular", donde escribe sus editoriales...." "...Doy fe: yo era, entonces, el director de Primera Plana, y no terminaré de avergonzarme por haber sumado la voz de esa revista al coro de los adversarios del gobierno.
Pudieron más que la prensa, es obvio, los intereses económicos, disgustados con esos raros patriotas que no se inclinaban ante el Banco Mundial, el Fondo Monetario o los consorcios petroleros, que reducían la deuda externa en lugar de acrecerla..."
 Ahora, y aprovechando este paso por el tiempo que da la letra escrita, vayamos de junio de 1982 a mayo de 1966, un mes antes del golpe de Estado. El la revista PRIMERA PLANA, un joven Mariano Grondona, desde la página 11 y con el título de "El presidente" escribe: "En su mensaje al Congreso, el doctor Illia contrapuso a la creencia en un "presidente fuerte" —que reconoció como dominante en la opinión pública— su propia idea de un Poder Ejecutivo que concurre con los demás poderes nacionales y provinciales en la tarea de conducir la Nación y que comparte con ellos, por lo tanto, su responsabilidad.
El concepto que el presidente tiene de su cargo deriva del "mecanicismo" liberal, que imaginó al Estado como un sistema de pesos y contrapesos y como un equilibrio de competencias y jurisdicciones. El presidente, según esta versión, es sólo "uno" de los engranajes del mecanismo y, en consecuencia, la responsabilidad —como dijo el doctor Illia— está "descentralizada". Pero esta visión de la presidencia ignora lo que ella tiene de "nuestra", de "argentina', y no advierte que nuestra tradición se aparta decisivamente, en este punto, de la tradición parlamentaria y liberal." Casi podría decirse que lo acusa de demasiado democrático, de creer en los poderes del Estado.
Luego, el 16 de junio de 1966 (a días del golpe), La revista "Gente y la actualidad" titula su nota editorial como "Cambio de fondo... o de formas" En ella va dando lo que podría llamarse la explicación del porqué era necesario un golpe de Estado. En el desarrollo de la nota propone "están llevados precisamente a afrontar los problemas más criticados por la oposición y, lo que es más grave, por el ejército". Esto último pone en protagonismo usual al ejército por sobre la política, propio de esos años y apoyado por los medios de comunicación.  Termina la nota, así en mayúscula, como dando un grito: "ÚLTIMAS NOTICIAS SEÑALAN LA TOZUDEZ DEL PRESIDENTE COMO EL PRINCIPAL ENEMIGO DE LAS REFORMAS QUE PRETENDEN LOS MINISTROS. UN CAPÍTULO QUE TODAVÍA NO ESTÁ CERRADO. ¿CONTINUARÁ?"  Estos signos de interrogación plantean la duda sobre la continuación del gobierno y sigiriendo el deseo de que no suceda.
Luego de ser llevado a cabo el golpe de Estado, ya en enero de 1967, la misma revista, pone en tapa al Gral. Onganía y editorializa con el titular "Habló Onganía (Lo que piensa la calle)". En la nota destaca pasajes del discurso, y bajo la cita textual de las palabras del dictador, lo que dicen "piensa la calle". Para muestra basta un botón, reza el dicho popular, presentaremos sólo uno de los pasajes (la nota completa acompaña esta estrada de "Pasado en letras"): Habló Onganía "El desgaste natural y a veces inevitable en la tarea de gobierno ha provocado el cambio de hombres que han cumplido, con alto sentido patriótico y destinterés, una tarea que no era fácil. La revolución no los olvida y el país algún día reconocerá la entereza con que enfrentaron momentos difíciles de un acontecer que ya es histórico." Lo que piensa la calle Después de la primera alarma la gente ha visto con buenos ojos el cambio de gabinete. Demuestra que el gobierno procede con mano recia; queda la convicción de que no titubea cuando se trata de buscar los hombres que necesita. Y además, ha dejado la sensación de que no escatima reconocimientos para quienes pusieron a su servicio sus mejores condiciones.  
En página siguiente titula "Sentir la revolución" y en una parte dice "Aceptamos, además, que junto con la obra práctica corra pareja la acción psicológica lubricante."
En la misma  publicación presenta a quien será el ministro de economía: "Después de 9 años el Dr. Krieger Vasena (46 años, casado, dos hijas, doctor en Ciencias Económicas) vuelve a la función pública en un cargo ejecutivo. En 1957, durante la gestión de Pedro Eugenio Aramburu, Krieger Vasena reemplazó a Roberto Verrier en el Ministerio de Hacienda." 
 Se podría recapitular que al gobierno de Arturo Illia, nombrado en esa época como un débil y lento camino que no conducía a nada, con aumento del PBI y una inflación del 12% promedio anual,  con varios aciertos en relación a las mayorías populares; recibió la campaña de medios que lo quitó del poder y entregó al país a las manos del liberalismo económico. Jorge Lanata en "Argentinos. Tomo 2" escribe: Confirmado publicó el 23 de diciembre de 1965 un artículo titulado: "¿Qué sucederá en 1966?" que describe minuciosamente el desarrollo de las operaciones militares para derribar al gobierno. La revista de Timerman proponía una fecha, el 1 de julio de 1966, y concluía que la caída de Illía en 1966 "era inevitable". Al comentar su propio rol en la creación del mito de Onganía, Mariano Grondona, entrevistado por Robert Potash el 10 de junio de 1986 aseguró: "Todos en esa época, yo mismo, contribuimos a crear una suerte de mito con Onganía, en el cual necesitábamos creer nosotros, por lo pronto. Necesitábamos creer que existía alguien. Por ejemplo, yo en Primera Plana contribuí a la formación de un mito y después el pobre hombre no pudo estar a la altura del mismo rol que nosotros habíamos imaginado para él".
En abril de 1967, la revista "Panorama" en la nota de Alejandro P. Martel (pseudónimo de Marcos Merchensky) "Los años duros" enumera los puntos del plan económico nombrado como " La gran transformación" de Krieger Vasena. Obviamente se devaluó el peso, se bajaron los impuestos a las importaciones, se benefició al campo. En uno de los párrafos confiesa "El efecto de los nuevos impuestos creados no podrá ser otro que reducir la capacidad de consumo de los sectores habitualmente compradores de la vasta gama de artículos que completan hoy el confort hogareño."
Otra vez sucedía lo que para esa época tenía como referencia lo realizado en la década del 30 tras el derrocamiento de Irigoyen o la "Revolución Libertadora" que derrocara a Juan D. Perón. 
Pasó el tiempo y su circularidad borgiana presentó otras vueltas, esta vez democráticas. Recordemos como Krieger Vasena sirvió a más de una dictaura, Álvaro Alsogaray participó con las de Pedro Aramburu y Juan Carlos Onganía para luego volver en la década del 90 con un gobierno democrático (Carlos Menem). Quizá esto demuestre que tanto uno como otro no defendían los intereses de los gobiernos de facto sino de los dueños de los medios de producción que los impulsaban como intermediarios. Hoy las fuerzas armadas no son las necesarias para llevar a cabo los planes económicos del poder multinacional, dejaron paso, dictaduras sangrientas mediante, sólo a los medios de comunicación, que como decía Carlos Abrevaya en su libro "Medios locos": son como el manual de estudio de la gente grande.
Tenemos como historia reciente, en el año 2001, un grupo de empresarios y economistas que tomaron el país y lo dejaron en una de las peores ruinas económicas y sociales. Hambre, desocupación, desaparición de la industria nacional, bicicleta financiera y un extenso etcétera destructivo para las mayorías trabajadoras.
Ojalá que ningún medio de comunicación haga lo que Primera PlanaPanoramaGente y la actualidadConfirmado, etc. hicieron para desandar los caminos de don Arturo y volver a colocar en el gobierno a los que siempre destruyen lo construido para las mayorías populares. ¿?

También podría suponerse que desde algún blog, dentro de cuarenta años, algún coleccionista de revistas agregue algún post contando como comunicadores sociales y formadores de opinión, impulsados por distintos intereses, trazaron la realidad más allá de lo que sucedía.

Nota de "Pasado en letras" para descargar
Nota de "Pasado en letras" para leer en línea
Nota revista "Gente y la actualidad de junio de 1966
Nota revista "Gente y la actualidad de enero de 1967
Nota revista "Panorama" abril de 1967



domingo, 31 de enero de 2016

Hay que achicar el Estado

Los que disfrutamos del fútbol muchas veces nos preguntamos cómo puede ser que jugadores que demostraron abiertamente su falta de calidad, su imprecisión en los pases, su falta de juego colectivo, en fin, su incompetencia futbolística, siguen siendo elegidos por algunos directores técnicos. A veces sale alguna información o un chisme de que el técnico Fulano o Zutano tiene un porcentaje del pase de tal jugador, o que se deben algún favor o simplemente por capricho. Pero la situación es que jugadores que no deberían estar ni en el banco de suplentes de las categorías más bajas del fútbol son titulares de las primeras divisiones. Y así las cosas.
¿Por qué hablamos de fútbol en este espacio? Por nada, sólo por dar un ejemplo. ¿Cuál? También podría responderse a modo de pregunta ¿Por qué si los gobiernos dictatoriales en su momento y los que gobernaron la década del ’90, aplicando la receta del “achicamiento del Estado” lo único que hicieron fue empobrecer a las mayoría, desindustrializar y concentrar el poder en pocas manos, siguen siendo votados por la población? La nota que acompaña esta entrada es de la revista SOMOS publicada el 14 de marzo de 1980. En ella, y bajo el título “Privatizaciones: ahora con acelerador” se habla de los beneficios de las privatizaciones y de achicar el Estado. Antes, como ahora, nada se dice de las consecuencias sociales de tales medidas, pero se habla en abstracto de los beneficios de esto. “La apertura económica ha tenido la virtud de ir mostrando las pequeñas, medianas y grandes perversiones que se fueron acumulando durante la vigencia de políticas proteccionistas.”, dice la nota, y de esa virtud ya estamos enterados. Lo interesante de leer este “Pasado en letras” es tener ante los ojos lo que pasó luego de estas políticas, de los daños que se hicieron a América Latina. Teniendo en cuenta que en la Argentina, en 1980 había una dictadura militar, hablar de una “Ley” llama a burla, pero esta es defendida desde SOMOS a partir del testimonio de Pedro Pou: “No escapa al entendimiento de nadie que esta ley es, simplemente, un instrumento legal forjado para la aplicación de una política de reducción del aparato estatal. ‘Como todo instrumento, su utilidad dependerá de la forma en que se aplique’, ponderó el economista Pedro Pou.” dice y se desliga de que la aplicación nunca será buena para las mayorías. Por los menos así quedó demostrado; todavía tenemos que recuperarnos de las políticas económicas liberales. 
Dejamos la nota completa y vuestra capacidad de crítica y análisis para sacar jugo de este “Pasado en letras”. También recomendamos la lectura de la entrada “Nada nuevo bajo el sol” de febrero del 2014 
Como siempre, presentamos la nota en .pdf y en imágenes
Jorge Narducci
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