Recuperar textos que alguna vez explicaron o adelantaron lo que sería la realidad, que pusieron en juego nuevas concepciones que hoy son moneda corriente. Fragmentos de revistas, libros, notas sueltas, videos. Todo el material aquí contenido es solo para compartir lecturas. No se saca ningún provecho económico.
Recuperar textos que alguna vez
explicaron o adelantaron lo que sería la realidad, que pusieron en juego
nuevas concepciones que hoy son moneda corriente. Fragmentos de revistas, libros,
notas sueltas, videos. Todo el material aquí contenido es solo para compartir
lecturas. No se saca ningún provecho económico.
domingo, 30 de junio de 2013
Van aquí cinco entradas con distintos condimentos para leer en la paz del domingo. Y cualquier otro día.
Una de las intenciones de este blog, como ya se ha dicho, es buscar en las letras del pasado algunos indicios que configuraron este presente. También se comentó, los manuales escolares son algunas de las fuentes de esta búsqueda. Siguiendo con los recordatorios, este blog no tiene pretensiones de investigación científica sino que realiza recorridos con apreciaciones sobre las marcas que se eligen por sobre otras que se descartan. A beneficio de la obviedad, lo subjetivo no es escondido por el autor.
En esta entrada se tratará de ver cómo se presentaba el juego en los manuales que nos sirven de fuente.
El juego es un placer, un momento en el cual el niño se despoja de lo que son las cosas para pasar a ser lo que representan para él. Se sabe que hoy estas libertades imaginadas están regladas en su mayoría por el consumo masivo y que los juegos electrónicos sustituyeron el camino de la imaginación para preformar al niño en un esquema de diversión reglada y mediada por un objeto que le marca lo que debe hacer. Pero cómo se pudo romper el lugar más libre y maravilloso, cuáles habrán sido los huecos dejados en la formación del adulto que de niño jugaba, se supone, libremente.
Las lecturas escolares marcaban el modelo de sociedad. Los niños eran pensados como lo que deberían ser y no como lo que eran. Se veía más a un futuro adulto que a un presente niño. Y todas sus acciones, hasta el juego, se tomaban como instancia de instrucción para el deber:
“La actividad física estimula las funciones de su organismo: la circulación de la sangre, la digestión de los alimentos, el ritmo de la respiración, el descanso, el sueño. No sólo desarrollan los juegos la fuerza y la elasticidad de los músculos sino que también templan los nervios, disciplinan la voluntad, alegran el carácter.”(1) Los verbos “haber” y “debe”, modalizadores constantes de estas lecturas, introducen la enseñanza moral: “Ha de jugarse con modestia y buena voluntad, exponiéndose a perder o a llevar la peor parte; pero siempre con la esperanza de adelantar y distinguirse. Ni leones furiosos ni tontos corderitos, los niños deben ser niños. ¡Los niños deben ser leales y libres como los hombres!” Y da por sentado que el juego de niños es cosa de los grandes.
“Adela, Susana y Adolfo juegan a las escondidas.”(2) Se presenta la escena lúdica. Y líneas después cuenta “De pronto oye que desde la otra pieza, Adela, llorando, llama a su mamá. ¿Qué le ha sucedido? Pues que, al esconderse detrás del ropero, éste se ha movido cayéndosele una pata, y ahora la está apretando.” La figura materna salva a la niña de tan horrendo mal.
En otra lectura, también de Proa sucede que “IMPENSADAMENTE, Juan se ha herido en un dedo. No le ha dado importancia a la herida, y sigue jugando. Los microbios que rondan por las inmediaciones, penetran encantados por esta puerta abierta, al lugar cálido y abrigado donde pasarán días deliciosos. “
En el juego del niño, en su entusiasmo se centra la acción para hacer notar que “En balde en la escuela y en su casa le han enseñado que cualquier herida debe desinfectarse inmediatamente; es decir, matar los microbios desde el principio y no dejarlos penetrar.” El juego fue la causa de su dolor y el olvido de la autoridad su desgracia. Así, con el niño y su falta el autor pretende enseñar el sistema inmunológico. “Por fortuna hay en la sangre unos glóbulos blancos llamados leucocitos” le informa al pequeño lector y coloca a la función orgánica como su protectora.
Una libre interpretación del autor coloca a los glóbulos blancos contra los microbios como “blancos contra negros” y desde allí en adelante resume a lo bueno como “Blanco” y lo malo como “negro”. Y lo que inició con un niño jugando y lastimado termina con “¿Quién vencerá? ¿Los blancos? ¡Ojalá! Ello significaría la salud y la vida. Pero si desgraciadamente fueran derrotados, ¡pobre Juanito! ¡Cuán caro podría pagar su descuido!” El final pareciera más una lucha de clases que un consejo para prevenir enfermedades. Todo porque al niño se le ocurrió jugar.
En “Las diversiones”(3), un niño de tercer grado lee “El recreo, el esparcimiento, en los intervalos del estudio y del trabajo se cuentan entre los mejores derechos de los niños. Después de las carreras, los saltos, los pitos y las risas en que se manifiesta espontáneamente su vivacidad, todo niño inteligente busca la manera de aplicar su actividad a algún juego de su predilección o a alguna ocupación que despierta su interés.” Después, y como era marcado siempre en los juegos para diferenciar varones y niñas, antes de ratificar la elección libre de los juegos, enumera “La jardinería, la mecánica, el dibujo en colores, las construcciones, la lectura, son las diversiones preferidas, y también las que indican la inclinación natural de cada niño. Además de las mencionadas, a las niñas interesa la costura, el arreglo de una mesa para las muñecas, la improvisación de una casa diminuta con toda clase de materiales disponibles.”
El tono persuasivo cuando dice “todo niño inteligente” o la instrucción al deber cuando hace referencia al momento de jugar “en los intervalos del estudio y del trabajo”, indican el valor del juego desde una perspectiva ajena a una acción liberadora, a la imaginación creativa. Más adelante responsabiliza al niño que no juega “En cambio, entristece el niño apático que no manifiesta interés por los juegos ni tiene predilección ninguna.” ¿No habría niños con sobradas causas de tristeza y apatía en aquellos años 20?
Una de las lecturas que más sorprende por lo explícito en la idea de niño es la tomada de “Sé bueno”(4), donde contraponiendo la actitud de un niño que dió el asiento a una anciana agrega “Es triste contemplar a los niños cuando se entretienen en sus juegos, ya sea en las plazas, en las aceras o en plena calle. Gritan desaforadamente, corren atropellándose, se llevan por delante a los transeúntes, no disculpan ni reconocen nada al contrario, porque se quiere triunfar a toda costa.” Luego hace una descripción de los adultos que sirven de ejemplo a esos niños como incultos, groseros y egoístas.
Luego invita forzadamente a la cortesía y remata con “Si así sucediera, nuestro pueblo llegaría a ser el más simpático del mundo.” ¿?
Las preguntas son inevitables, las dudas sobre las intenciones de los autores, las editoriales y el mismo Estado, que institucionalizaba estas miradas al tomar estos libros como instrumento de aprendizaje, la idea de niño-adulto como un pasivo aceptador de valores instituidos sin posibilidad de cambio. La idea no es comparar ese pasado con el presente saltando los cambios sociales que atravesaron casi un siglo de historia. Lo que hoy se tiene es la posibilidad de ver las atrocidades que se hicieron desde el Estado y sus socios en las décadas en que se instruía a ser bueno y cortés. Si la mirada sobre ese pasado no se hubiera llevado tantos muertos sociales, políticos, educativos; si hubiera algún indicio de que ese baño de bondad, cortesía y buenos hábitos era sostenido desde las fuentes del poder que lo desparramaba como una necesidad insustituible las posibles conclusiones serían distintas. Se rescataría el valor de la intención. Pero nada de lo sucedido nos hace suponer otra voluntad que la de formar seres sometidos al poder, a un poder que podía ser un Estado burgués, un empresariado colonialista o cualquier otra corporación que deseaba mantener su poder sin que nadie lo pusiera en juego.
Quizá la unión de todas esas construcciones de juego, niño, formación, hábitos, etc. Hayan generado el terreno fértil para que el consumo tomara para sí no sólo al sujeto que juega sino a la sociedad en que vive.
Como última lectura del documento está “Tú debes”, una obra que no deja espacio para que ningún niño pueda disfrutar de su infancia, ni siquiera por un ratito. Este texto es de 1957 cuando ya aquellos niños instruidos tuvieron a sus propios hijos para instruir:
Tú debes(5)
Alegrar la vida de tus padres, con tu comportamiento.
Cumplir con tu deber de alumno.
Demostrar con tus hechos que amas a tu patria.
Velar por tu salud, cuidando el alimento, la higiene y el deporte.
Trabajar y descansar, todo el tiempo necesario.
Ser ahorrativo, pero no egoísta.
Alentar al que sufre.
Disimular los defectos físicos ajenos.
No estimular la desunión entre los seres.
Ser humilde y respetuoso con los que te rodean.
Proteger al débil.
Realizar todo el bien posible.
Defender y practicar la verdad.
Buscar la amistad de las personas honestas.
Alejarte de los seres simuladores.
Admirar al hombre que triunfa por su esfuerzo.
No provocar a nadie.
Reconocer la verdad en quien la tiene.
Cuidar cariñosamente los animales y las plantas.
Cultivar la pureza del lenguaje y habituarte a la buena lectura.
(1) Tolosa – Fesquet, Proa (libro de lectura para cuarto grado), Ed. Estrada, 1935
(2) Outón, Rogelio, Nuestro Libro (Texto de lectura para segundo grado), Ed. Kapeluz, 1923
(3) Blomberg, H. P., El sembrador (libro de lectura para tercer grado), Ed. Estrada, Año 1925.
(4) Jauregui, Juan, Sé Bueno (libro de lectura para tercer grado), Ed. Kapeluz, 1932
(5) Carmen N. Hermo - Paz y trabajo - Libro de lectura para cuarto grado– Editorial Troquel – Año 1957
Jorge Narducci
Descargar textos completos: Aquí Álbum con las imágenes: Aquí Un video. Para jugar un rato...
Los medios de comunicación y los periodistas, por distintas circunstancias, están hoy como tema de agenda. Pero desde hace mucho que los poderes mediáticos están cuestionados y visibilizadas sus intenciones persuasivas para aglutinar los pensamientos en una realidad instituida.
En algunas notas de "Pasado en letras" se presentaron artículos, revistas y entrevistas que presentaban estos temas. El poder de los medios de comunicación. Revista Transformaciones 1
Otra manera de acercarse al pasado es a través de los valores y creencias actuales. ¿Saber o no saber? es un texto que demuestra las marcas que dejó "El pasado en letras" cuando todavía era presente. Aquí el texto www.elventanauta.com
En esta entrada una nota aparecida el la revista "Crisis" N° 46 de septiembre de 1986 sobre Roberto Santoro. "Poeta, editor, impulsor de revistas, militante político, Roberto Santoro pasó a engrosar la larga lista de desaparecidos un primero de junio de 1977"
Vaya aquí el recuerdo a los 36 años de su desaparición forzada en su lugar de trabajo "Escuela Nacional de Educación Técnica N° 25 'Teniente Primero Fray Luis Beltrán', que estaba ubicada sobre la calle Saavedra 749"
La nota completa en formato .pdfen dos versiones:
Documento con las imágenes de la revista Aquí
Documento "Pasado en letras" para poder copiar y pegar Aquí
Roberto Santoro - foto de revista "Criris" de septiembre de 1986 - Pág. 62